Fue un viernes como cualquier otro, mucho movimiento en las plazas y un sutil baile de meseros en el café que frecuento por las tardes, pero algo cambió ese día, que por algún motivo todo en mi día se desplazo un par de horas en mi acostumbrada rutina.
El primer cambio fue en cuanto llegué al café, la mesa que oficialmente me pertenece por derecho de antigüedad estaba ocupada por una pequeña familia(error numero uno : no sentarme junto a la ventana), traté de sentarme cerca de la ventana pero todas las mesas ya estaban ocupadas por lo que la mesa del rincón fue la oferta más tentadora y desde luego la tomé, (error numero dos: estar cerca de la cocina).
Después de ordenar lo habitual, me dispuse a continuar con mi lectura de una novela cursi y de misterio que hacia algunas semana estaba leyendo, pero algo de repente capto mi atención; una fuerte e intensa mirada que se encontró con la mía, lo único con que pude responder fue con una tímida sonrisa que se esfumó tan pronto como había surgido en mis labios.
Juro que intenté continuar con lo mío pero esa mirada era tan persistente que mas de dos veces regresé a ese individuo de playera roja con chaleco azul marinero y pantalones de mezclilla , y claro que me fijé en los detalles pues de vez en vez bajaba mi libro lo suficiente para observar a mi admirador.
Terminé por poner el libro en la mesa y tomar el resto de mi café mientras le hachaba un vistazo al reloj, 7:15 pm, 20 minutos habían pasado desde la primera interacción visual con aquel joven, cerré los ojos y me puse una mano en la cabeza mientras intentaba pensar por qué tenía ese gran impacto sobre mí cuando de repente, sentí una mano sobre mi hombro izquierdo y reaccione dando un pequeño salto en mi silla.
Sin duda uno de los momentos mas extraños que hasta ahora había vivido, aquel joven de mirada insistente hablo despacio pero con firmeza y me dijo -" disculpa la intromisión, no quisiera molestarte pero me gustaría presentarme, me llamo Javier Palacios y tiene algún tiempo que frecuento este café", me desconcertó de momento el escuchar eso, jamás me había percatado de su presencia y por supuesto que mi frágil calma se turbó y se manifestó en mi rostro, pues no supe que decir o como expresarme, un sin numero de respuestas aparecían en mi mente y se borraban antes de poder hilar una frase coherente pero por fin pude decir algo lógico.
–mmm ahhh, encantada.-sonreí cortésmente y le hice un ademán para invitarlo a sentarse.
Todo mi cuerpo estaba sumido en una especie de hechizo, sentía vibrar cada célula y no entendía el por que.
–Sabes, siempre te veo sentada junto a la ventana.- se sentó enfrente de mi y recargo sus manos en la mesa.– Pensaba que esperabas a alguien, pero hace ya dos días que dejé de pensar en ello y fue hasta hoy que tuve el valor de acercarme, por cierto no me has dicho tu nombre.-volvió a mirarme con esos increíbles ojos azules que parecían cambiar de tono con la tenue luz de lugar.
–Lo siento, me llamo Invierno.- sonreí una sonrrisa de 1.5 Volts. – Así que tu también frecuentas este establecimiento ¿verdad?- apreté mis labios mientras miraba hacia mis manos y luego busqué que nuestras miradas se encontraran.
–La verdad es que no lo hacía.- buscó con la mirada a la mesera cuando logró captar su atención le pidió que le trajera un servicio a esta mesa. –Es una actividad reciente, tal vez desde que me percaté que tu si lo hacías
No pude evitar sonrojarme y esquivar su mirada mientras recobraba el pulso y la cordura, trataba de imaginar que hacia alguien como él, fijándose en la rutina de una chica que frecuentaba el café para leer novelas y escribir en un ritual de movimientos junto a la ventana.
–y...¿ eso es mucho tiempo ?, lo siento no quiero interrumpirte decías? .-le hice un ademán de que continuara y corte un trozo de mi pie con el tenedor tratando de no parecer tan interesada.
– pues si, al principio no sabía que venías a diario siempre a la misma hora, así que venia solo los viernes pero un día no te encontré y se me ocurrió preguntarle a un mesero.- se rió por lo bajo. – Este me dijo que aunque aquella mesa de la ventana no tuviera nombre parecía estar ocupada permanentemente por ti a diario, aunque no los viernes de la segunda semana de cada mes.- volvió a mirarme y no puede evitar reírme tontamente.
–Así que tu eres algo así como un acosador de meseros en busca de información en alguna clase de artículo sobre chicas extrañas en cafés.- me mordí el labio inferior. –ó, ¿ es que simplemente te resulta fascinante abordar extraños ?
– Me gustaría que no pensaras en mi como un extraño Invierno, se algunas cosas de ti como que te gusta tomar 3 tasas de café y que el pie de frambuesa es tu favorito aunque prefieres el helado de chocolate y pocas veces un tiramisú .-tomó un sobro de su café y continuó hablando. –también me he percatado que eres una biblioteca andando y romántica creo.- de pronto sacó su celular de la bolsa y se puso a buscar algo en el.
–si bueno, pues eso es quedarse corto Javier, yo no solo tomo café.- cruce una pierna sobre la otra y volví a mirarlo algo incomoda. –me gustan las malteadas y no solo leo novelas, aunque si eres muy observado y he de reconocer que si soy una romántica, pero ya basta de indagar de mi, me parece justo que ahora seas tu quien comparta algo de ti mismo.
–bueno me encantaría
La verdad no supe que contestarle en ese momento, simplemente creía que mi mente me estaba jugando una mala broma y que de leer tantas babosadas había perdido el juicio hasta el punto de imaginarme un encuentro de película, mi primer instinto fue morderme la lengua para asegurarme de que estaba despierta y después interrumpí ese momento mirando a mi celular para corroborar que era el día actual y que seguía en el planeta tierra.
–Si.- fue todo lo que logré expresar y me sentía una tonta.
Si que ?, si aceptas salir conmigo o crees que debía esperar más antes de presentarme contigo.-movió su mano sobre la mesa hasta tomar la mía. –Se que debes estar pensando que tal vez soy una psicópata pero te juro que no es así.- sonrío
–Pues a mi parecer cualquier psicópata diría eso.-bromee. –aún así me arriesgaría a salir con un enfermo mental, por alguna extraña razón, siento curiosidad por descifrarte.- apreté su mano tiernamente. –y más que asustada estoy halagada.
Invierno si crees en el destino por favor sal conmigo mañana, si te parece mejor podríamos encontrarnos en este café a las 6 de la tarde y decidir el lugar de la cena. –apretó mi mano en repuesta acercándola a su cara para depositar un tímido beso. –se que te parecerá muy raro escuchar esto pero, aún ni siquiera se todo de ti y ya siento que te conozco, que eres la indicada y bueno que me pareces la mujer mas bella que en mi vida había visto jamás.
–Gracias Javier , eso fue hermoso pero, sabes creo que es muy pronto para afirmar algo así, y sin embargo desde que me miraste hace un rato no puedo dejar de pensar que eres un sueño, y que estoy en medio de un filme de amor o en la parte romántica de una novela,.-reí. –tal vez he perdido el juicio y eres un producto de mi imaginación y no quisiera despertarme y que desaparezca.
Volvió a sacar su teléfono y me pidió mi número así que yo también le pedí el suyo y acto seguido me marco y me pidió que contestara, eso fue algo realmente lindo pues cuando conteste el dijo,"no es un sueño y si lo es creo que compartimos el mismo hermosa , si al terminar esta llamada, no se registra en tu teléfono, entonces podremos saber si estamos en tu sueño o en mío".-me encantó ese detalle y desde luego que su llamada se quedo registrada, se despidió de mi besando mi mejilla y susurrándome al oído dijo "dame una oportunidad Invierno de darle calor a tu corazón y acogerlo como mío".- le sonreí un largo momento antes de verle salir del lugar.
FIN.
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